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Dactylopius coccus

De EnciclopediaGuanche

(Redirigido desde «Cochinilla»)
Cochinilla
Cochineal drawing.jpg
Hembra (izquierda) y macho (derecha) de cochinilla.


Clasificación científica

Estado:

Dominio: Eukaryota

Nombre: Cochinilla

Reino: Animalia

Clase: Insecta

Orden: Hemiptera

Suborden:

Familia: Dactylopiidae

Género: Dactylopius

Subgénero:

Sección:

Categoría:

Subdivisión:

Especie: D. coccus

Especie:

Tribu:

Subtribu:

Islas

¿Es endemismo?

Nivel de protección

Distribución
Nombre binomial

Dactylopius coccus

Costa, 1835





El Dactylopius coccus, grana cochinilla, cochinilla grana, cochinilla del carmín o nocheztli es un insecto originario de México y de los países andinos como Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, que se cría en los tallos de las tuneras Opuntia (spp.), de las cuales se alimenta extrayendo su jugo. De la hembra se extrae un tinte, también llamado carmín. Llega a poner hasta 400 huevos, tiene un tamaño de unos 6 mm y apenas se mueve en las hojas. El macho, más pequeño y con alas, no supera los 2,5 mm. Igualmente en la era preinca, en el antiguo Perú, era utilizada la cochinilla para teñir los textiles. Ya hace más de dos mil años era utilizada en la cultura Paracas en sus conocidos textiles.

Al no ser tóxica, el tinte que de ella se extrae se usa en la industria como colorante (E-120) de una gran variedad de productos: cosmética, alimentación, textiles, vinos, etc., ya que convenientemente procesado proporciona una variada gama de colores: violeta, naranja, rojo, gris y negro. En Canarias se cultiva, fundamentalmente, en los pueblos de Guatiza y Mala, siendo su calidad reconocida como la mejor del mundo.

En Australia, India y Sudáfrica se ha usado con éxito como controlador biológico de las tuneras que se habían convertido en especies invasoras.

Plantación y cría

La hembra de la cochinilla, al ser un insecto que apenas se mueve, necesita de la intervención del hombre para su cría. Ésta se realiza introduciendo cochinilla viva en unos sacos de tela que se depositan sobre la hoja de la tunera. A los pocos días estos sacos son retirados y puestos en una nueva hoja. En este breve tiempo, los insectos de menor tamaño pasan a través de la fina tela hasta la hoja de la tunera, fijándose en ella clavando su pico.

Recolección

La recolección de la cochinilla se realiza aproximadamente a los 90 días de su plantación. Para ello se utiliza una cuchara con un mango alargado, que facilita al agricultor llegar hasta todas las hojas. Una vez raspada la hoja y desprendida la cochinilla, se deposita en un recipiente de metal conocido como milana.

El agricultor debe proveerse de guantes y ropa adecuada que le proteja de los pinchos de las tuneras así como del intenso sol.

Secado

Para realizar el secado de la cochinilla, los insectos se exponen al sol en unas bandejas, habitualmente de madera, teniendo especial cuidado en no amontonarlas y esperando varios días hasta que se sequen completamente. Una vez seco el insecto, éste reduce su peso aproximadamente en un tercio, mostrando un aspecto de granos de color negro. Finalmente es empaquetado y exportado.

Historia de la cochinilla en Canarias

Jornalero de la cochinilla en Gran Canaria.

El valor de este colorante ya era conocido por los aztecas antes del descubrimiento de América. Cuando los españoles conquistaron México en 1521, vieron a los indígenas recoger insectos de los nopales. Este colorante se conoció en Europa a partir del siglo XVI.

En 1822 las Cortes de Cádiz mandaron estudiar las provincias que, por su temperatura, fueran las más apropiadas para su cultivo, resultando las Islas Canarias las más apropiadas para su explotación, tras los primeros experimentos de aclimatación en 1825. La gran demanda de este producto tintoreo a raíz de la ´Revolución Industrial, sobre todo por parte de Francia e Inglaterra, y la epidemia de "maleza" que destruyó numerosas plantaciones de Mexico, Honduras y Guatemala, favorecieron la extensión de este cultivo en Canarias, llegando incluso a plantarse tuneras en tierras antes dedicadas a los cereales. A partir de entonces, el cultivo de la cochinilla no hizo más que aumentar, convirtiéndose en un auténtico río de oro a mediados del siglo XIX. Grandes extensiones fueron plantadas de tuneras, siendo la mano de obra femenina fundamental a la hora de recolectar y preparar la cochinilla (dedicándose los hombres a la plantación de las tuneras y al despedregamiento del terreno).

El gran auge de la cochinilla, tras la crisis económica de la primera mitad del siglo XIX, estuvo unido a la promulgación de la Ley de Puertos Francos de 1852, que favoreció en comercio de Canarias con Europa, pero que a la vez destruyó los mercados internos del archipiélago, volcándose casi toda la producción agrícola canaria a la exportación, con un único producto que era la cochinilla. De este modo, para poder abastecerse de productos básicos antes producidos en Canarias, como los cereales, ahora había de recurrirse a la importación.

El auge económico de etapa de la grana o cochinilla fue, sin embargo, efímero. La aparición de los colorantes sintéticos (ya expuestos en la Exposición Internacional de Londres de 1862), llevaron a un descenso progresivo del precio de la cochinilla en los mercados internacionales, y a fines de siglo se tradujo en una de las crisis económicas más profundas vividas en el Archipiélago, teniendo muchos canarios que emigrar a Cuba (véase Crisis de la cochinilla).

De la era de la cochinilla quedó un paisaje que hoy es indentificado como "típico canario", con tuneras intercaladas entre cultivos, como setos, o en lomadas y laderas junto a vegetación de sustitución, junto a un tipo de construcciones llamadas paredones o chajanos, fruto del despedregamiento del terreno, y que hoy erroneamente son identificadas por algunos como "pirámides guanches".

Actualidad

La aparición de los tintes sintéticos, mucho más económicos, ha hecho que su cultivo vaya en retroceso, quedando apenas 120 hectáreas de cultivos en uso en Guatiza y 95 en Mala (año 2003). Sin embargo, la reciente prohibición para uso alimentario y cosmético de los colorantes sintéticos, ha propiciado un aumento en la demanda de la cochinilla mexicana, peruana y canaria.

Regulación

En la Unión Europea el carmín debe etiquetarse como E-120 e internacionalmente se lo conoce como colorante rojo natural nº4. La OMS estableció un límite de consumo diario de 5 mg/kg/día.


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