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Historia de Tenerife

De EnciclopediaGuanche

Historia precolonial

La isla de Tenerife, estaba habitada antes de la conquista castellana por los guanches, los cuales denominaban a su isla Chinet o Achinet.

Organización política anterior a la conquista

El nombre original guanche de la isla era Achinet o Chenet. Unos cien años antes de la conquista, existía un mencey llamado Tinerfe el Grande, hijo del Mencey Sunta. Tinerfe tenía su corte en Adeje hasta que sus nueve hijos se rebelaron y se repartieron la isla en 9 menceyatos y 2 achimenceyatos independientes (llamados capitanías por los conquistadores). Los menceyatos y sus menceyes (por orden de descendencia) fueron los siguientes:

También se encontraba el Achimenceyato de Punta del Hidalgo gobernado por Aguahuco (el "Hidalgo pobre", hijo ilegítimo del Gran Tinerfe) y Zebenzui.

Conquista

Conocida por los romanos como Nivaria (del latín nix, nivis, "nieve"), en clara referencia a las nieves posadas sobre el volcán conocido como el Teide. El nombre de la isla también guarda relación con el volcán, ya que fue puesto por los benehaoritas (aborígenes de La Palma): "Tene-" (montaña) "-ife" (blanca), la castellanización del nombre provocó que se añadiera una -r para unir ambas palabras quedando Tenerife. Para los nativos de Tenerife, la isla era conocida como Chenech, Chinech o Achinech.

Tenerife la hora de su conquista se componía de nueve menceyatos, nombre por el que se conocía a los pequeños reinos guanches. Sin embargo las fuerzas militares de la Corona de Castilla bajo el mando del Adelantado ("gobernador militar") Alonso Fernández de Lugo, sufrieron una derrota a manos de los guanches en la primera Batalla de Acentejo en 1494. Los guanches, superados por la tecnología y por las nuevas enfermedades a las cuales no eran inmunes, cayeron frente a las tropas de la Corona de Castilla el 25 de diciembre de 1495.

Como en el resto de las Islas, los aborígenes fueron esclavizados y una buena parte de la población indígena sucumbió a las enfermedades importadas, al mismo tiempo que los inmigrantes provenientes de protectorados del Imperio Español (Portugal, Flandes, Italia, Alemania) se asentaron en la isla. Los bosques de pino canario de Tenerife fueron cortados para dejar paso al cultivo de la caña de azúcar en 1520. En siglos sucesivos, la economía de la isla se centró en el cultivo de otras materias tales como la vid y la cochinilla para hacer los tintes, así como el plátano.

El ataque de Horacio Nelson

Ataque de Horacio Nelson

Tenerife fue atacada, como las otras islas, por corsarios de varias nacionalidades (ingleses, franceses, holandeses y berberiscos) varias veces a lo largo de su historia, según el devenir de las alianzas y guerras de España. De entre estos ataques destaca por su lugar en la Historia el ataque de los británicos de 1797. El 25 de julio, el Almirante Horacio Nelson atacó Santa Cruz de Tenerife, capital de la isla y Jefatura de la Capitanía General. Tras un feroz ataque, la defensa organizada por el General Gutiérrez repelió a los británicos. Nelson perdió su brazo derecho por una bala de cañón (dice la leyenda que del cañón "Tigre") mientras intentaba desembarcar en la orilla de la costa de la zona de "Paso Alto".

El 5 de septiembre, otro intento de desembarco en la región de Puerto Santiago fue repelido por los habitantes del Valle de Santiago del Teide, que lanzaron piedras a los británicos desde lo alto de los Acantilados de Los Gigantes.

Historia reciente

Otros visitantes menos hostiles llegarían a la isla en siglos sucesivos. El naturalista Alexander von Humboldt ascendió el pico del Teide y comentó en la belleza de la isla. Numerosos turistas comenzaron a visitar Tenerife a partir de la década de 1890, especialmente las ciudades norteñas de Puerto de la Cruz (primer municipio turístico de Tenerife mediante orden ministerial del 13 de octubre de 1955 que lo declaró ’Lugar de Interés Turístico’) y Santa Cruz de Tenerife.

Antes de subir al poder, Francisco Franco fue destinado a Tenerife en marzo de 1936 por el Gobierno Republicano, el cual era temeroso de su influencia militar y política a modo de alejarlo de los centros de poder. En el Monte de La Esperanza en el municipio tinerfeño de El Rosario, Franco organizó la conspiración militar que daría lugar a la Guerra civil española y posterior caída de la II República Española. Las Islas Canarias cayeron bajo el bando de los nacionales en julio de 1936 y su población sufrió las masivas ejecuciones a opositores del nuevo régimen fascista. En los años 50, la miseria de los años de la posguerra hizo que miles de tinerfeños emigrasen a América latina, principalmente a Cuba y Venezuela.

La colisión ocurrida el 27 de marzo de 1977 en el aeropuerto de Los Rodeos, situado en el norte de la isla, era el desastre mortal de aviación más importante de la historia hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001.