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Luisa Bravo de Guzmán

De EnciclopediaGuanche

Luisa Bravo de Guzmán fue una noble castellana, marquesa de Lanzarote y condesa de Fuerteventura, nacida en Alcalá de Henares en 1595 y fallecida en Madrid el 24 de noviembre de 1661. Procedía de la familia Bravo de Laguna.

Era hija de Jerónimo de Guzmán y Bravo de Lagunas y de Antonia Bravo del Castillo. Los Bravo, establecidos en Atienza en el siglo XV, eran oriundos de San Vicente de la Barquera en las Asturias de Santillana. A la misma familia pertenecieron el famoso comunero Juan Bravo, natural de Atienza, y el obispo Juan de Ortega Bravo de Lagunas, que lo fue de Ciudad Rodrigo, de Calahorra y de Coria, donde murió en 1517. Su primer matrimonio fue con Antonio de Mendoza y Zúñiga, caballero de Calatrava, pero éste fallece tras transcurrir apenas cuatro años.

Poco después contrajo matrimonio con Agustín de Herrera y Rojas, II Marqués de Lanzarote. Al nacer su hijo, Agustín de Herrera y Rojas, el marqués de Lanzarote regresa a Canarias, quedando Luisa Bravo de Guzmán en Madrid con el primogénito. Sin embargo, el marqués de Lanzarote muere enfermo a la edad de 37 años, quedando Agustín de Herrera y Rojas Bravo de Guzmán como heredero, y con Luisa Bravo de Guzmán como tutora mientras tuviera la minoría de edad, residiendo en un palacio en Madrid y gobernando desde allí los territorios de Lanzarote, Fuerteventura y parte de Madeira. Sin embargo, pronto muerte también su hijo con siete años de edad, lo que daría lugar a un pleito por la sucesión en el Marquesado de Lanzarote entre la familia de Agustín de Herrera y la familia de Luisa Bravo, que alegaba tener vínculos familiares con Inés Peraza de las Casas. Luisa Bravo de Guzmán gana el litigio y se convierte en IV Marquesa de Lanzarote y Condesa de Fuerteventura, convirtiéndose en una de las mujeres más ricas de Castilla.

Tras enviudar, contrae matrimonio con el cordobés Juan de Castilla y Aguayo, a quien envía a Lanzarote para gobernar directamente las islas. Habiendo tenido problemas durante su gobierno y generando descontento entre la población, Juan de Castilla regresa a Madrid donde fallece. Rondando los sesenta años de edad, Luisa Bravo vuelve a casarse con el extremeño Pedro de Paniagua Loaisa y Zúñiga, veinticinco años más joven que ella, pero también fallece sin dejar descendencia. Poco después fallece la propia Luisa Bravo, y al no tener descendencia nombra como heredero a su sobrino Fulgencio Bravo de Guzmán y Meneses.

Fulgencio Bravo de Guzmán y Meneses, V Marqués de Lanzarote, también fallece pronto, por lo que sucede en el marquesado otro sobrino de Luisa Bravo, Juan Francisco Duque de Estrada y Bravo de Guzmán, bisnieto de Garci Bravo de Laguna. Por testamento de Luisa Bravo, los títulos canarios habían quedado vinculados al mayorazgo de los Bravo de Laguna de Atienza.

Según José de Viera y Clavijo, "Se pudo calificar de verdadera conquista la victoria que la marquesa Doña Luisa Bravo de Guzmán (la Cleopatra de nuestras islas) obtuvo contra sus ilustres rivales ganando la instancia en el proceso de Lanzarote. Era el destino de estas islas ser dominado por mujeres…"

Aunque Luisa Bravo de Guzmán nunca estuvo en Canarias, aún siendo la dueña de las islas orientales, su marquesado supuso el establecimiento de los Bravo de Laguna como una de las familias más poderosas del archipiélago.