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Pino canario

De EnciclopediaGuanche

(Redirigido desde «Pinus canariensis»)
Pino canario
Caldera de Taburiente La Palma.jpg
Bosque de pinos en la
Caldera de Taburiente
Clasificación científica
Reino: Plantae
División: Pinophyta
Clase: Pinopsida
Orden: Pinales
Familia: Pinaceae
Género: Pinus
Especie
Pinus canariensis
Pino canario cerca del Pico Birigoyo en La Palma.

El Pino canario [1] (Pinus canariensis) es una conífera endémica de de las Islas Canarias. Es el símbolo natural de la isla de La Palma, conjuntamente con la graja.[2]


Descripción

El árbol adulto puede llegar a medir más de 60 m de altura y 2,5 m de diámetro su troncosidad, aunque lo normal es que tenga entre 15 y 25 m. de altura y un diámetro de 1 m.

La corteza es de color pardo claro, siendo casi lisa en los ejemplares jóvenes, pero a medida que envejecen se engrosa rápidamente y se resquebraja, adoptando un color rojo parduzco. En los ejemplares más viejos, el ritidoma, muy engrosado e irregular, forma placas lisas con la apariencia de espejuelos, de un color gris ceniciento.

En los primeros años de su vida presenta un crecimiento muy rápido, con ramas horizontales con abundantes ramificaciones secundarias erectas (las del año), con lo cual el aspecto del árbol es piramidal, para luego, y al cesar el crecimiento en altura, pasar su forma a ser más aparasolada.

Las hojas son verdes, aciculares, que se desarrollan sobre los brotes del año erectos y amarillentos que crecen de yemas gruesas, ovalado-cilíndricas y recubiertas por escamas membranosas pardo-rojizas. Este pino posee tres acículas por vaina, el único de este tipo en eufrasia occidental, estando el más cercano en el Himalaya (Pinus roxburghii), que presenta un gran parecido con el canario.

Hay dos tipos diferentes de hojas del período infantil del árbol, que duran hasta 2 años sobre el árbol, son tríquetras y se presentan densamente agrupadas en el extremo de los ramillos, siendo cortas, glaucas, acuminadas y finalmente serradas en sus márgenes por lo que resultan ásperas al tacto, y las verdaderas hojas, que se agrupan de tres en tres en un estuche o vaina basal membranosa (braquiblasto); son de color verde claro, muy finas y flexibles, de 20 a 30 cm de largo por 1 mm. de espesor.

La época de floración va de marzo a mayo. Las inflorescencias masculinas y femeninas se encuentran separadas. Las masculinas son amentiformes (en espigas cónicas) de 5 a 10 cm de largo, de color amarillo-verdoso; constituidas por numerosos estambres que contienen gran cantidad de polen aerodivagante. Las inflorescencias femeninas están dispuestas en estróbilos múticos de color verdoso-rojizo que en la madurez se transforman en conos (piñas) oblongo-fusiformes (forma de huso), pardo-rojizas y lustrosas, que pueden llegar a medir de 12 a 18 cm de largo por 8 a 10 de diámetro en su parte más ancha; subsentadas o provistas de un corto y grueso pedúnculo. Tardan en madurar (dependiendo de la situación ecológica) de 24 a 30 meses; pasado este tiempo se habrán formado los piñones, dos por cada escama del estróbilo.

Fruto del pino, piña

El fruto propiamente dicho es el cono (estróbilo inadurado) formado por escamas subsentadas a lo largo de un eje leñoso central que solo se abre cuando las condiciones externas, especialmente la sequedad del ambiente, separan las escamas, o bien al caer el cono del árbol dejando en libertad los piñones en su choque contra el suelo. Los piñones presentan un ala que facilita su propagación aérea. En su morfología externa, el piñón está envuelto por las cubiertas tegumentarias que forman la testa, que es muy dura, negruzca por un lado, grisácea y moteado oscuro por el otro. El ala es membranosa, no está articulada, y mide de 18 a 20 mm de largo, siendo recta por uno de sus lados y arqueada en el otro, estando toda ella recorrida por estrías negras.

El piñón en sí es oblongo, con endopleura de color marrón claro y albumen blancuzco que encierra un embrión con seis a ocho cotiledones. Tiene un peso medio de unos 100 mg cada semila.

Antiguamente el pino canario sufrió una tala abusiva, debido a lo apreciada que es su madera, la tea, por su belleza, facilidad de trabajarla, y la capacidad de mantenerse inalterada con el paso de los años, algo único entre los demás pinos peninsulares y mediterráneos. El proceso de enteamiento se realiza a partir del centro de forma regular y continua, pasando anillo por anillo hasta la situación de enteamiento uniforme, por lo que su rendimiento para la extracción de esta madera es muy superior y más aprovechable que la de otros pinos.


Bosque de pinos canarios con las huellas visibles de un incendio anterior. Foto tomada el 12 de diciembre de 1999 desde el Mirador de La Cumbrecita, en la Isla de La Palma

Otra característica muy importante es su resistencia al fuego gracias en parte a la gran capa corchosa que cubre sus troncos que lo aísla del calor y las llamas, y que además tiene la capacidad de rebrotar de cepa, emitiendo incluso ramas a ras de suelo a partir de los vástagos que tienen hojas glaucas. Se considera que es realmente la presencia de parénquima transversal, un tejido alimenticio con disposición radial que favorece la regeneración de las células de los meristemos de crecimiento, incluso después de verse afectadas por el fuego, el que proporciona a esta especie su gran capacidad de generación (se trata de un tejido habitual en frondosas, pero prácticamente inexistente en casi ninguna especie de conífera). Esto le ha valido que haya sido seleccionado para reforestar montes arrasados por incendios en el sur de Europa.

Madera

Este pino produce dos tipos de madera, la madera blanca y la de tea. La madera blanca es la más corriente, de un color blanco ligeramente rojizo, con el duramen y la albura perfectamente diferenciados al igual que los anillos primaverales y otoñales, esta madera es semipesada y semidura, de estructura homogénea y de grano fino. La madera enteada es de color uniforme fuertemente acaramelado; duramen y albura perfectamente diferenciados y translúcida al despiece. Es una madera muy pesada y dura, de estructura homogénea y grano muy fino.

La madera blanca corriente es muy parecida a la de los pinos euromediterráneos, y se usa en carpintería de armar y para carpintería de taller de baja calidad. Debido a su fragilidad y bellísimo pulimento, así como su resistencia al paso del tiempo la madera de tea se usa en ebanistería, talla, y carpintería de taller; también se usó durante mucho tiempo en la construcción de veleros y de techumbres de viviendas, iglesias y otros edificios civiles.

Distribución geográfica

Mapa de distribución del pino canario por las islas.
Bosque de pinos en Tenerife

De forma natural se encuentra formando masas boscosas en las islas de Tenerife, La Palma, Gran Canaria y El Hierro, especialmente en las dos primeras. En La Gomera se ha introducido artificialmente junto a otras especies de pino europeas.

La distribución geográfica del pino canario en las islas no se corresponde con la que primitivamente tuvo. El pino ocupa hoy nichos ecológicos que no le corresponden, formando comunidades de transición que se han establecido de por sí permanecen en un equilibrio estable. Normalmente forma asociaciones monoespecíficas (bosque de pinares), aunque acompañado de algunas otras plantas vasculares de poca importancia. Los pinares puros se localizan entre los 700 y 1.200 m. de altitud.

En Ceuta también se presenta una pequeña comunidad de este pino canario y algún ejemplar aislado por el resto del territorio ceutí.

Es una especie muy adaptable, altamente tolerante a muy diversos tipo de suelo siendo capaz incluso de desarrollarse en paredes de roca viva casi verticales; debido a su alta valencia ecológica puede vivir en un amplio rango de alturas, desde unos 100 m. sobre el nivel del mar hasta los 2000 m., siendo poco exigente en la demanda de humedad, riego, y exposición al sol, aunque prefiere las zonas soleadas y secas.

Distribución histórica

Parece ser que durante el Terciario estuvo bastante extendido por Europa, donde ningún pino de tres acículas llego al período Cuaternario exepto el pino canario, que perduró hasta los finales del Neogeno, como han demostrado fósiles hallados en el Plioceno de Murcia y Alicante y el Mediodía de Francia (en Gard), regiones desde las cuales se supone que las aves transportaron sus semillas a canarias.

En la propia canarias su distribución ha cambiado considerablemente debido a la explotación humana. Su tala indiscriminada provocó la desaparición de grandes masas forestales de pinar, especialmente en Tenerife y en Gran Canaria. Por otra parte, la deforestación de las zonas de monteverde en las islas ha provocado que sean repobladas espontáneamente por pino canario, que en esta situación desempeña un papel regresivo.

Usos

El principal valor de la especie es forestal, dada su gran importancia en la sujeción de suelos, su facilidad para crecer y desarrollarse en terrenos poco evolucionados (malpaíses), rocosos y con poca materia orgánica, además de su alta valencia ecológica y su rápido crecimiento.

Por otra parte está su utilidad para el aprovechamiento madedero, sobre todo en ejemplares semimaduros, pues los viejos (los pinos de tea) son cada día más escasos debido a lo demandada que está su madera, que es de gran calidad.

El pino produce dos tipos de madera, la madera blanca y la de tea. La madera blanca es la más corriente, de un color blanco ligeramente rojizo, con el duramen y la albura perfectamente diferenciados al igual que los anillos primaverales y otoñales, esta madera es semipesada y semidura, de estructura homogénea y de grano fino. La madera enteada es de color uniforme fuertemente acaramelado; duramen y albura perfectamente diferenciados y translúcida al despiece. Es una madera muy pesada y dura, de estructura homogénea y grano muy fino.

La madera blanca corriente es muy parecida a la de los pinos euromediterráneos, y se usa en carpintería de armar y para carpintería de taller de baja calidad. Debido a su fragilidad y bellísimo pulimento, así como su resistencia al paso del tiempo la madera teosa se usa en ebanistería, talla, y carpintería de taller; asimismo se usó durante mucho tiempo en la construcción de techumbres de viviendas, iglesias y otros edificios civiles.

Referencias

  1. Nombre vulgar preferido en castellano, en Árboles: guía de campo; Johnson, Owen y More, David; traductor: Pijoan Rotger, Manuel, ed. Omega, 2006. ISBN 13: 978-84-282-1400-1. Versión en español de la Collins Tree Guide.
  2. Ley 7/1991, de 30 de abril, de símbolos de la naturaleza para las Islas Canarias

Bibliografía

  • Santos, Arnoldo. Vegetación y Flora de La Palma, 1983, Editorial Interinsular Canaria, Santa Cruz de Tenerife
  • Ceballos, Luis y Ortuño, Francisco. Vegetación y Flora Forestal de las Canarias Occidentales, 1976, Excmo. Cabildo Insular de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife.
  • Viera y Clavijo, José. Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, 1982, Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria
  • Delgado González, Juan Carlos. Propagación de Árboles Canarios, 1986, Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria

Enlaces externos