Casa Fuerte de Adeje
De EnciclopediaGuanche
La Casa Fuerte de Adeje es un complejo fortificado ubicado en el casco de Adeje, en Tenerife. La Casa-Fuerte fue construida alrededor de 1556 para proteger un ingenio de azúcar, durante la expansión de este cultivo aprovechando el curso de agua permanente del Barranco del Infierno. El complejo fue reconstruido en el XVIII y un incendio en 1902 destruyó parte del mismo reduciéndolo a ruinas. En 2019 fue incluido en la lista roja de patrimonio en peligro.
Diseño
El sitio se llegó a convertirse en un gran complejo con múltiples edificios [1] repartidos en un espacio de alrededor de 7.200 metros cuadrados[2]. El primer plano conocido de la estructura se realizó en 1873[3].
El conjunto contaba con una única entrada en la fachada este, rematada por un frontón, que conduce a un patio central pavimentado rodeado de edificaciones. Una torre de vigilancia almenada y una plataforma de armas mira sobre el Océano Atlántico en el lado sur; Inicialmente también se usó como almacén de pólvora y prisión y luego se convirtió en la residencia del administrador [1].
También en el lado sur del complejo se encontraban las dependencias de la residencia del Marqués de Adeje y del archivo y contabilidad, además de un pajar y despensas. En el centro estaban la herrería, los establos y el horno (luego convertido en una casa de dos pisos), con el ingenio detrás de ellos. Los cuartos de esclavos estaban a la derecha de la entrada principal. [2] El complejo también albergaba una panadería, un granero, establos y una capilla pública. [1]
El 28 de agosto de 1651, una auditoría mostró que el armamento de la casa fuerte era de 9 a 10 cañones, 56 mosquetes y 46 picas, junto con una trompeta. En 1655 esto había aumentado a 17 cañones con 400 balas de cañón. En 1737, esto se redujo a solo 5 cañones [4].
Historia
El complejo nació en torno al ingenio azucarero propiedad de la familia genovesa Ponte [3], una de las familias más poderosas de la isla de Tenerife durante el Antiguo Régimen e incluso con posterioridad. El desarrollo azucarero de Adeje, un pueblo situado en el sur de la isla, mucho más árido, pudo darse gracias a las aguas que discurrían por el Barranco del Infierno[5]. La zona de Adeje fue objeto de numerosos ataques piráticos durante el siglo XVI, por lo que Pedro de Ponte y Vergara, de origen genoves y regidor perpetuo de la isla, obtuvo el permiso para la construcción de una fortificación[2] alrededor del ingenio que tuviera como fin fundamental la protección de éste [5] y no tanto del pueblo. El permiso fue concedido el 2 de mayo de 1555 [4] y, alrededor de 1556, se construyó la casa-fuerte, una de las más antiguas edificaciones que se conservan de Tenerife.
Está anexa a la Iglesia de Santa Úrsula, en la parte antigua del casco de Adeje. En 1567, Pedro de Ponte y Vergara, junto a su esposa Catalina de las Cuevas funda el mallorazgo de Adeje y solicita además a la Corona de Castilla convertir sus propiedades en un señorío jurisdiccional, pese a que Tenerife era una isla de realengo. Esta primera solicitud fue denegada, pero años más tarde, el 21 de noviembre de 1655, uno de sus descendientes, Juan Bautista de Ponte y Pagés obtiene del rey Felipe IV el título de señorío así como privilegios tales como inmunidad contra las actuaciones del corregidor de la isla y del cabildo. En 1666 se crea el título de Marqués de Adeje, siendo su primer marqués el antes citado Juan Bautista de Ponte.
El poder de los dueños de la Casa-Fuerte de Adeje se acrecentó poco después cuando la hija de Juan Bautista de Ponte, Mariana de Ponte y Castillo se casa con Diego de Herrrera y Ayala, Conde de La Gomera y Señor de El Hierro, de modo que las islas de El Hierro y La Gomera, junto con Adeje, se unifican en un único señorío, y los herederos de este matrimonio, dueños de las islas de El Hierro y La Gomera, pasarían a residir en Adeje.
La Casa-Fuerte de Adeje se convirtió así en el centro de la actividad política, económica y social del sur de Tenerife durante cerca de 300 años, con un desarrollo económico que incluía la explotación de mano de obra esclava negra junto con trabajadores asalariados y algunos administradores. Junto con ello, en la zona se criaban caballos y camellos para algunas de las actividades.
Referencias
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